viernes, 21 de julio de 2017

Nuevo viaje a la costas triásicas

En septiembre del año pasado, tanto Dani como  yo (así como muchos otros amigos y compañeros) estuvimos en las VII Jornadas Internacionales sobre Paleontología de Dinosaurios y su Entorno, congreso que se celebra cada 2-3 años en la localidad burgalesa de Salas de los Infantes. Paleontólogos nacionales e internacionales se dieron cita en estas jornadas, a las que asistieron incluso expertos renombrados de la talla de Paul Sereno, y allí pudimos presentar varios de nuestros avances en este mundillo de la paleontología. Posteriormente, los organizadores del congreso dieron la oportunidad a los ponentes de publicar los resultados de sus contribuciones en forma de artículo científico en la revista Journal of Iberian Geology. Y así, varios meses después aquí estamos, presentando "The eosauropterygian fossils from the Middle Triassic of Canales de Molina (Guadalajara, Spain)", firmado por un servidor y sus directores, todos miembros del Grupo de Biología de la UNED. 


Lo que tenéis sobre estas líneas es una pequeña muestra de los abundantes restos vertebrales de reptiles marinos que se encontraron en 1980 en las cercanías de Canales de Molina (Guadalajara), en sedimentos del Ladiniense (Triásico Medio). Aunque se conocían estos fósiles desde hace más de 30 años, nunca se habían estudiado en detalle, así que quiero agradecer al Instituto Geológico y Minero de Madrid (lugar donde se encuentran estos restos) la oportunidad que me dieron de trabajar con ellos. A las decenas y decenas de centros vertebrales y arcos neurales (muchos más de los que veis aquí), hay que sumar también dientes, costillas y distintos elementos de las extremidades. 

¿Y quién es el dueño de todo estos huesos? Bueno... eso es ya más complicado de decir. Por desgracia, aunque tenemos muchos fósiles provenientes de Canales de Molina, todos ellos son elementos aislados y en ocasiones rotos, y por sí solos no proporcionan demasiada información. Sabemos, eso sí, que pertenecen a sauropterigios, el grupo de reptiles marinos que incluye a los famosos plesiosaurios. Podemos concretar un poco más y asegurar que, dentro de los sauropterigios, son asignables a miembros de Eosauropterygia (todos aquellos miembros de Sauropterygia que excluyen a los placodontos). Los plesiosaurios no habían aparecido todavía en el Triásico Medio, así que estos huesos tienen que pertenecer a eosauropterigios basales, como los notosaurios, los simosaurios o los paquipleurosaurios. La verdad es que es complicado ir más allá en la asignación taxonómica de estos restos: algunas vértebras y dientes sí son claramente de notosaurios, y un húmero parcial es muy muy parecido al del género Nothosaurus, pero con muchos otros restos... Como no se puede decir más, quedan clasificados en el trabajo como pertenecientes a eosauropterigios indeterminados. Lo más probable, eso sí, es que pertenezcan, tanto por morfología como por tamaño, a notosaurios de talla pequeña o mediana. 

Boceto basado en un cráneo de Nothosaurus winterswijkensis, un notosaurio de tamaño relativamente pequeño.

Pese a no poder determinarse a qué animal pertenecieron los restos, es importante que estos hayan sido descritos y figurados en detalle de cara a futuros trabajos e investigaciones. El trabajo también sirve para poner de manifiesto la importancia del patrimonio paleontológico de esta localidad, así como su posible potencial. De todas formas... atentos a Canales de Molina y Guadalajara en general en el futuro, que nos darán cosas bastante chulas. Palabra.

P.D.- Seguimos dando el coñazo con DinoBusters, así que os dejo a continuación "El Deino Caído", programa número 11 dedicado al extraño (y durante mucho tiempo misterioso) ornitomimosaurio Deinocheirus.